3.7.08

El Castillo de la pureza. (1972).


Arturo Ripstein


El mayor semillero de ideas en el cine insólito es la realidad misma. Dice un viejo adagio “La realidad siempre supera la ficción”. Los hechos que inspiraron el inverosímil guión de Arturo Ripstein y José Emilio Pacheco se revuelven entre las fuentes periodísticas de la época, la novela de Luis Spota “La carcajada del gato” y la obra de teatro “Los motivos del Lobo” de Sergio Magaña. Curiosamente cada obra dista infinitamente de la otra.

Narra el diario El Universal en la nota 90 Aniversario: las noticias de la tragedia: “Esa década cerró con la cobertura de un caso de encierro familiar. Rafael Pérez Hernández fue detenido por el secuestro de su mujer y sus seis hijos. Fueron más de 15 años de cautiverio, de explotación y humillaciones; el padre había montado una pequeña industria casera en la que sus hijos elaboraban insecticidas y veneno para ratas que él vendía. Alimentaba a su familia con una dieta de avena y frijoles, lo que favorecía la espiritualidad. Nadie los visitaba y sólo salían de la casa para que el padre les enseñara las perversiones de este mundo.”

Sobre el mismo caso escribe Carlos Monsiváis en su libro Los Mil y un Velorios: “En julio de 1959 se descubre un caso de encierro familiar. Rafael Pérez Hernández es detenido por el secuestro de su mujer y sus seis hijos, de nombres un tanto alegóricos: Indómita, Libre, Soberano, Triunfador, Bien Vivir y Libre Pensamiento. Llevan más de 15 años encerrados, golpeados, zarandeados por regaños y sermones. La hija mayor, Indómita, tiene 17 años y la menor, Libre Pensamiento, 42 días de nacida. Durante 15 años, Pérez Hernández alimenta a su familia con una dieta de avena y frijoles, mientras los obliga a la elaboración agotadora de raticidas. Nadie los visita y sólo abandonan la casa para que el padre les enseñe las perversiones de este mundo. (De vez en cuando van… a la Merced a observar a prostitutas y alcohólicos.) Con el tiempo deciden rebelarse y piden auxilio. Y en julio de 1959 la policía detiene a Pérez que protesta: ‘Mis hijos sólo tratan de apoderarse del capital que he logrado formar con muchos sacrificios’”.


En lo que compete a otra de las fuentes de inspiración de Ripstein, me parece que la versión literaria es deficiente por variadas y múltiples razones. Ante todo refleja una técnica poco directa y suele construir historias paralelas tremendamente largas intentando justificar el perfil psicológico de sus protagonistas. Tal vez sea una fijación personal, pero aborrezco los textos que son excesivos en sus explicaciones o acotaciones y el texto citado está saturado de comentarios entre guiones, paréntesis, signos de interrogación o comas. Lamentable y paradójicamente adolece de tales especificaciones en acontecimientos sustantivos del desarrollo.

La recreación de la historia que escandalizó a la sociedad mexicana es sólo un pretexto y el verdadero objetivo es turbio: se tiene un libro que habla de todo un poco pero de nada en concreto. La línea argumental podría versar sobre el incesto, el parricidio, la zoofilia, la perspectiva de Dios y el pecado, la putrefacción social, los trastornos psicológicos, la sexualidad, los celos o los límites de un hombre obsesionado con una idea, pero la verdad es que todos ellos son tratados someramente y por el contrario se ahonda en los más burdos clichés.

Luis Spota construye la mayor parte de su novela sobre argumentos ridículos y afeminados. El pasado de Claudia, la esposa, abarca gran parte del libro y tiene el infortunio de empalagar rápidamente al lector porque lo que se escribe sobre ella, además de irrelevante, es indeciblemente cursi. La historia es tristemente desaprovechada y, a pesar del inmenso potencial que tiene, termina cayendo en los argumentos típicos de un melodrama televisivo. El resultado es un documento totalmente desvirtuado de su concepción original

Lo realmente medular de la novela se puede enunciar en el propósito del antagonista: generar una raza de súperhombres, como diría Nietzsche. Lázaro se cree a sí mismo un individuo único, excepcional y elegido por el destino, por eso ha vivido aislado de lo mundano. Los ladrillos sobre los que estará construido su reformador proyecto son los genes de su familia y en la mezcla perpetua encontrará génesis esta nueva sociedad. El incesto no es algo vil o repugnante, sólo es el proceso por el cual esta especie de Adán procreará la prole necesaria y eso, además de deseable, es perfectamente natural.


La versión cinematográfica, o la representación creíble del mismo suceso improbable, es el polo opuesto de la desafortunada versión bibliográfica. El guión fue impecablemente escrito por José Emilio Pacheco y Ripstein y su objetivo es mostrar el carácter enfermizo, controlador y desquiciado del padre de familia (que, a diferencia del caso anterior, figura como personaje principal); en términos generales, es más estrecho que el de la novela pero mucho más directo y, me parece, con pocas trazas de ambigüedad.

Las obsesiones de Gabriel, otrora Lázaro, dictaminan el comportamiento de sus hijos y esposa, que no son más que náufragos en el océano de su volátil humor. Sus imposiciones en los horarios, formación y visión del mundo han moldeado a entes sin autonomía más parecidos a zombis que a individuos.

Para Gabriel el mundo es superficial y digno de repugnancia, los seres humanos evocan constantemente al pecado y la mujer genera la semilla de esta plaga: -¿Te imaginas cuántos muertos cabrían en este cuarto?- dice sin ningún diálogo previo que estimule un comentario semejante y poco después acota -Las bestias sólo buscan el placer y reproduciéndose perpetúan su horror y su asquerosidad. Es una cadena que sólo terminará con el fin de los tiempos… y con la gente es lo mismo; por la ratas he conocido mejor a los hombres… por eso no quiero que ustedes tengan ningún contacto con el mundo.

A pesar de la particular visión que ha impreso en sus hijos, afloran en Utopía y Porvenir algunos instintos primitivos y ante la imposibilidad de saciarlos con alguien ajeno a su sangre, intentan mitigarlos entre ellos mismos. Estos sobresaltos de naturalidad, son esporádicos porque en el fondo es ya demasiado tarde; Gabriel ha logrado formar una estructura irresquebrajable en torno a su familia y no importa que tengan la oportunidad de liberarse, terminarán por encontrarse incómodos en la realidad objetiva, la del resto del mundo.

Sin embargo, hay algunos acontecimientos que reflejan la profunda hipocresía de Gabriel. Hasta buena parte de la cinta uno se deja envolver por los discursos y las posturas de este excéntrico sujeto, pero poco después ejecuta acciones que descuadran violentamente el concepto que de él se había formado el observador. El cambio es tan drástico, que es válido preguntarse si el director cometió un error o en caso de ser voluntario, cuestionarse por la finalidad. Probablemente esta particularidad sea el único cabo suelto y en ese sentido, difiere de la novela donde se presenta un personaje con actitud invariable.

Ante la economía en los diálogos, las actuaciones precisan ser inmejorables y lo son. La fotografía otorga el dinamismo del que carece el lenguaje hablado y despierta en el espectador una buena cantidad de emociones, sobre todo desesperanza y melancolía.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Todo es relativamente cierto pero, si te fijas, en los créditos finales Ripstein especifica que cualquier semejanza con la realidad es mera coincidencia...

aRkHAm AsyLUm dijo...

Cuánta razón tienes. Pero tal vez sea un enunciado con cierta burla.

El hecho que dio origen a tan bizarra historia no se puede ocultar y los nombres de los protagonistas son tan originales que no se pueden repetir.

El acontecimiento es tan singular que no es producto de la casualidad.

aRkHAm AsyLUm dijo...

También coinciden las profesiones y la dieta. Sería demasiada coincidencia.


Yo no sé porque agregaron ese comentario en los créditos, sería absurdo suponer que es una idea original.

Anónimo dijo...

BAH

DESDE EL PRINCIPIO YO LO APRECIE COMO UNA IRONIA

aRkHAm AsyLUm dijo...

Sí, tienes razón.. el motivo debe ser la ironía y la burla

miguel campos dijo...

No es una ironìa ni burla es la pura realidad yo lo vivi en mi infancia yo tambièn estuve encerrado como 11 años con mis dos hermanas en una casa en pantitlan no es igual pero en escencia es lo mismo el encierro y alejamiento de la sociedad que nos hicieron un gran daño, a pesar de todo yo crecì muy acomplejado y con miedo a la sociedad miedo a hablar en pùblico y actualmente muchisimp moedo a estar solo y efectivamente quede solo despu de un matrimonio de 22 años y dos hijas hermosas yo alcoholicaso de marca y a pesar de todo yo logrè estudiar soy cardiòlogo pediatra y a mi me consta por que yo lo vivi y actualmente con las secuelas o consecuencias de mi infancia completamente ANORMAL YO NO FUI A KLA PRIMARIA EN AQUEL TIEMPO NOS METIERON A SEXTO AÑO DIRECTO A M IS DOS HERMANAS Y A MI Y LOS TRS LOGRAMOS CARRERAS UNIVERSITARIAS PERO SIEMPRE HUBO UN PELO EN LA SOPA NUNCA FUIMOS NORMALES ANTE LA SOCIEDAD. MI CORREO ES miguel_cardio12arroba hotmail.com.mx. mi cel es 961 2010 223