10.8.07

Crash. (Colisión. Extraños placeres). 1996


David Cronenberg


Siento especial predilección por el cine extraño, y este en particular lo es, pero contrariamente a lo que pasa en muchos otros casos, no me cautivó tanto por el guión sino por su admirable ejecución: la fotografía, la iluminación, las actuaciones y sobre todo la música. La idea central no es tan brillante y diría que hasta es un poco desequilibrada. Es una cinta, si se me permite el vocablo, softporn. El término no debe ser motivo para que sea vista con desdén, simplemente es una expresión que refleja la incesante carga erótica que se echa de ver en toda su duración.

Inspirada en la novela homónima del escritor inglés J. G. Ballard de 1973, detalla las particulares y ocultas relaciones entre el sexo y los accidentes automovilísticos. Es una exaltación a dos extraños placeres, como bien dice el título en castellano. La primera media hora es simplemente impactante. Totalmente provocadora y seductora: en la primera escena una mujer se excita cuando su pezón roza la lustrosa superficie de un auto antiguo. Esa es la constante, sexo, sexo y más sexo. No importa la condición de la pareja, su género o lazo sentimental.


Los actores reciben los nombres de Ballard, Catherine, Gabrielle, Remington, Seagrave y Vaughan. Este último gasta su tiempo recreando colisiones históricas haciéndolas coincidir hasta en la más insignificante particularidad. Él y su insólito grupo de amigos se caracterizan para sus performances, pero además graban en video, fotografían y estudian todo lo necesario para hacerlo perfecto.

Vaughan cree que "la colisión de autos es un evento más bien fecundador que destructivo, una liberación de energía sexual ... media la sexualidad de los que han muerto con una intensidad que es imposible tener de otra forma". Defiende que "hay una psicopatología que nos llama".

A largo de todo el largometraje se percibe la ausencia de ruidos de fondo. El silencio sepulcral logra que los diálogos vibren por mucho tiempo en la consciencia del espectador, no hay manera posible de distraerse; esta técnica impregna el espacio con un dejo de sensualidad. Las trepidantes y sonoras voces de Catherine, esposa de Ballard, y Vaughan reverberan honda y placenteramente.

La fotografía ocupa otro lugar preponderante en la historia; está bañada de tonalidades azules que permiten obtener un enfoque de profundidad pocas veces observado. Desde mi particular punto de vista, la banda sonora es soberbia. Fue compuesta por el también canadiense Howard Shore (Él y Cronenberg han trabajado juntos desde "Cromosoma 3", también ha ralizado la musicalización de auténticos paradigmas en la historia del cine: "El señor de los anillos", "Seven", "Philadelphia", "El silencio de los inocentes"...). Desata profundas emociones en el espectador y complementa inmejorablemente lo que sucede en la pantalla. Es capaz de crear atmósferas de erotismo, ansia, miedo.. no sé, no puedo describirlo fácilmente.


En tres hitos de la filmografía de Cronenberg existe una clara referencia al órgano femenino por antonomasia:

-En "Videodrome" aparece en el abdomen de Maxx Renn una profunda abertura donde le es introducido un videocassette.

-En "El almuerzo desnudo" uno de los locuaces insectos le pide a Bill Lee que embadurne sus labios con la droga (que también es insecticida).

-En la película que nos compete ahora, Gabrielle usa unos aparatos correctivos en las piernas, ocasionado evidentemente por un accidente, debajo se observa una cicatriz alargada y profunda. Ballard la toca y lame con lujuria.

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Nota a Posteriori

Hace unos días terminé de leer el libro "Crash" de Ballard que es  la base sobre la que está construida la citada película. Sin ninguna autoridad moral de por medio, puedo afirmar que es uno de los contados casos donde la adaptación cinematográfica supera con creces a su predecesor literario y creo que por ello  me decepcionó un poco.

 

Uno de los aspectos que más me llamó la atención fue el prólogo; Ballard hace una interesantísima reflexión sobre el papel determinante de la ciencia ficción en la literatura moderna y  me atrevería a decir que en la antropología, psicología y en otras disciplinas afines. Argumenta que en la época clásica del género los escritores estaban enfocados a un mundo más allá de nuestras fronteras, en la actualidad –defiende- el objeto de estudio es algo totalmente introspectivo y, fuera de recurrir a clichés, la buena ciencia ficción utiliza el alma humana como punto medular de cualquier historia; el resto son adornos.

 

El texto propiamente dicho se convierte en apología de un mal llamado fetichismo tecnológico donde se glorifica al objeto automotriz y las repercusiones físicas de los accidentes. Sin embargo,  en clara similitud con el filme, el aspecto primordial es la conjunción de la sexualidad y todo lo que rodea a los autos.

 

Los más de veinte capítulos están cubiertos de mil y un vocablos referidos a choques, heridas, contusiones, traumatismos, sangre y  orificios artificiales para  fornicar… Los primeros son atrayentes por su inverosimilitud  y por la excentricidad  del lenguaje,  pero esta estrafalaria práctica se torna repetitiva y satura rápidamente al lector, sobre todo porque no propone nada diferente en el resto del texto.  A pesar de ser pocas páginas, parecería que las ideas hubieran podido ser plasmadas en la mitad de ellas y probablemente el alcance y la penetración en la subconsciente del lector hubieran sido mayores.

 

Sin embargo, con la película ocurre algo muy diferente y eso se debe a la gran calidad de Cronenberg como realizador; supo crear una atmósfera mucho más enrarecida, tétrica y erótica. Por supuesto que el cine goza de atributos que la literatura no tiene y la música o la fotografía enriquecen sustancialmente cualquier maquinación por más torcida que ésta sea. Pero el mérito del director canadiense va mucho  más allá de una soberbia ejecución técnica, convierte un planteamiento limitado en un argumento mucho más enérgico y en poesía fílmica.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Justamente acabo de pasar por un blog donde hice referencia al 'soft porn'... creo que este tipo de peliculas tienen la caracteristica de hacerte experimentar sensaciones y hasta emociones muchas veces reprimidas y o bien poco exploradas (con el día a día)

Sin duda es un placer toparse con cintas provocativas y bien manejadas, por ejemplo, una buena fotografia siempre se agradece, lo mismo pasa con la iluminacion, la dirección y por supuesto, las buenas actuaciones... otra asignatura pendiente.. me resulta curioso el asunto de los autos. Interesante ;-)

aRkHAm AsyLUm dijo...

Efectivamente, la cinta está impecable. Y es interesante como se relacionan ideas totalmente disímiles. Por supuesto el erotismo es parte esencial, sobre todo cuando está tan bien hecho. No hay mucha lógica sobre por qué es así o por qué se provocan esas situaciones... pero qué más da. Nunca sobran los pretextos

Anónimo dijo...

muy bonitas piernas gordas enmedias todas las chicas usenlas pantymedias y engorden

aRkHAm AsyLUm dijo...

No sé... creo que exageras. Si te refieres a las piernas de Rossana Arquette (la mujer de las medias de red) creo que no son gordas.. pero si sí no importa, se ve increíblemente sexy en la película...