7.8.07

Videodromo. (Videodrome). 1983.




David Cronenberg


Filme impregnado de la depresiva y sombría visión de principios de los ochenta. Carne y electrónica fundidas en una historia alucinante donde la realidad y la locura se ven separadas por una tenue línea roja. Crítica y al mismo tiempo apología de la influencia de la televisión en la gran masa. Caricatura de la violencia extrema y sus válvulas de escape. Narración cruenta, repulsiva y bizarra pero también adictiva, complicada, inclasificable, y endemoniadamente atrayante.

Videodrome es un programa transmitido clandestinamente donde ocurren mutilaciones, torturas y asesinatos reales. El director de un canal subterráneo e independiente, Max Renn, logra capturar la señal mediante pirateo y a partir de ahí se desencadenan en él las más extrañas visiones. Su interés en el programa es enfermizo y obsesivo, gradualmente accede a los sujetos detrás de las transmisiones e infelizmente se convierte en el instrumento de lucha entre dos polos opuestos.

La idea original se ve enriquecida sustancialmente por personajes difícilmente observados en otras historias. Sus características son únicas y no hacen más que reforzar la sensación de obscuridad: Brian O'Blivion es un sociologo que no hace apariciones en vivo, sólo en video; murió hace mucho tiempo y su enseñanza la propaga por el VCR y los rayos catódicos. Deborah Harry (otrora diva del punk con su banda Blondie) actúa como una conductora de radio masoquista enloquecida por el show y hace todo los posible para audicionar. Bianca O'Blivion es la hija del sociologo y encabeza una especie de recinto religioso donde los desamparados pueden observar toda la televisión que sus empobrecidos bolsillos no les permite. Barry Convex es el productor del show y lidera una organización que intenta purificar la consciencia de Norteamérica.

En escencia, la exposición reiterada a la señal emitida por el show modifica físicamente el sistema nervioso y esto deriva en todo tipo de alucinaciones. El doctor O'Blivion cree que la pantalla de televisión es la retina del cerebro, por lo tanto lo que sucede en ella es real, también opina que "es la siguiente fase en la evolución del hombre como animal tecnológico".

La música es envolvente y los efectos especiales están muy bien logrados (a pesar de la desafortunada ilustración de la parte superior). En ocasiones parece cercana a "El almuerzo desnudo" de 1991. Los objetos de uso cotidiano son humanizados al extremo: los videocassettes, las televisiones y las armas gimen y respiran; tienen piel, venas y aberturas; son parlanchinas y demasiado conscientes. Para los nostálgicos debe representar un deleite total: la vestimenta, la ambientación, los aparatos de utilería, la manera en que se hacía la televisión, la actriz protagónica... gritan "ochentas". La trama es complicada por lo que seguir cada detalle es importante. A veces es contradictoria y acaba por construir un rompecabezas con un final esperado pero no por ello poco meritorio.

El director canadiense exhibe la que probablemente sea su mejor película y eso es algo difícil de afirmar porque su carrera es prolífica y notable. Videodrome le pertenece en su totalidad: no sólo la dirigió sino que también la escribió. En contraste, "Crash" está basada en la novela del escritor J. G. Ballard y "El almuerzo desnudo" proviene de la retorcida y pútrida mente de William Burroughs, por decir algo.

2 comentarios:

Wra5 dijo...

Hola Justo anoche la volvi a ver en el cable, genialidad de los ochentas

aRkHAm AsyLUm dijo...

Claro.. muy ochentera (ya sabes.. onda terminator), pero también es alucinante.... particularmente me pareció una genialidad la parte en la que aparecen los desposeídos y el albergue al que llegan está acondicionado exclusivamente.. ¡para ver televisión!
gran crítica a la sociedad que sólo cree lo que refleja la tv!!